Título: LAS ESTRELLAS SE
PUEDEN CONTAR
Autor: GIULIA CARCASI
Editorial: Planeta
Número de páginas:316
Resumen
Alice esta en su último curso
de instituto y se prepara para la selectividad. Su vida amorosa empieza, su
primer amor, su primera vez, mientras su amiga Carolina le va aconsejando sobre
toda esa vida de adulto. Y a la vez, su situación en casa no es buena, su padre
engaña a su madre y tiene que ver como su madre se hunde en una depresión y
hacerse cargo de su hermana Milla. También tiene que vivir con un profesor que le
quiere poner mala nota, simplemente para aprovecharse de ella y que ella haga
cosas que no quiere a cambio de una buena nota, pero no cede a esto.
Su primer amor Giorgio, al que veía tan
perfecto, resulta no serlo, se avergüenza de ella y no le muestra su amor en
público. Sí, puede ser muy perfecto en apariencia, pero después por dentro es
todo imperfecciones, la engaña, la utiliza, y le rompe el corazón. Y se da
cuenta de que Carlo, aquel amigo suyo, , empollón de clase y tímido va a ser
quien la ayude siempre, y se preocupe por ella sin querer nada a cambio,
descubrirá que con él, las estrellas si se pueden contar.
Opinión personal
Cuando me compraron este
libro y leí su título pensé: vaya otra historia de amor adolescente...
Pero para nada era lo que yo
pensaba, no era la típica historia de chico conoce a chica y viven felices para
siempre. Este libro narra una historia verdadera que puede pasar hoy en día en
la vida real: unos padres con problemas, los estudios se mezclan con tu vida
amorosa, conoces lo que es el desamor y que te rompan el corazón y piensas que
todo es negativo. El primer amor, el primer desamor y la primera vez que te
manejan a través de los sentimientos. Te entregas a alguien, y esa persona te
defrauda y te das cuenta que nunca le has importado, solo pensaba en él mismo.
Pero no todo tiene porque ser negativo, como bien cuenta la historia, hasta el
final, no se recogen los resultados de tanto dolor y tanto esfuerzo.
Esta historia me ha hecho ver
que por muy perfecto que veas a alguien, no todo son apariencias. Que a lo mejor quien más te va ha ayudar, o a quien
más necesitas es la persona que siempre has tenido al lado y nunca le has dado
importancia, no alguien ‘nuevo’. Que los errores se cometen una vez y que no
tiene porque ser el final, que por muy egoístas que sean los hombres, siempre habrá
uno que siempre ha estado ahí y hubiera hecho lo que sea por ti. Que
simplemente por no ser ‘perfecto’ por fuera ni te habías dado cuenta de que
existía.
Para mi uno de los fragmentos que más me impacto
y fue más duro fue cuando Alice entra en la habitación de Carlo y él quiere
saber que le a pasado con el profesor Malari:
Nos quedamos sentados en silencio.
-Si no tienes nada que
decirme, me voy.
Me levanto de la silla y hago
como si me dirigiera a la puerta.
-Quédate. No quiero quedarme sola
en silencio, quiero quedarme en
silencio contigo.
Entonces me siento yo también
en el suelo, a su lado.
Le cojo la mano y ella me la
aprieta fuerte.
Nos quedamos así durante horas
con los dedos entrelazados; ella desafiando su silencio y yo intentando entenderlo.
-Alice, ¿ qué ha pasado con
Malari?.
Decide explicarse, en voz
baja, como si no quisiera oírse.
Malari le ha dejado la silla
del poder, la silla del poder no se deja a nadie.
-¿Y después?
Le ha dicho que no le ha
bajado la nota , a pesar del parte.
-¿Y después? –vuelvo a
preguntar.
Ya sé que habrá un ‘después’
que me disgustará, lo noto. Alice tiene un nudo en la garganta, se lo traga.
Su mano empieza a temblar
junto a la mía, entonces la aprieto con más fuerzas, intentando detener esa
indecisión.
-¿ Y después? –pregunto y me
gustaría no escuchar la respuesta.
Le ha dado a entender que
querría tener con ella una relación que fuera más allá de la de
profesor-alumna: ¿’Entiendes’?.
Alba