jueves, 26 de junio de 2014

FAHRENHEIT 451, DE RAY BRADBURY (por Ángel Cañas-Baliña Mengíbar)



     La historia que nos narra esta novela nos muestra  una sociedad futura, un mundo totalitario y dominado por la tecnología. En este mundo nos encontramos el cuerpo de bomberos al que pertenece el protagonista, pero la misión de estos bomberos es un tanto peculiar… no apagan fuegos, todo lo contrario, se encargan de encenderlos y lo hacen para quemar los libros, que están totalmente prohibidos. El protagonista se siente orgulloso de contribuir a lo que él cree que es un mundo feliz, todo cambia cuando conoce a una joven que le hace cuestionárselo todo. ¿Es realmente feliz? ¿Por qué están prohibidos los libros? ¿Encontraría todas las  respuestas en los libros? A partir de ese momento, todo su afán es recuperar libros, imprimirlos… para que no se pierdan. Sin embargo es descubierto y perseguido, aunque en su huida encontrará a un grupo de sabios que ha memorizado libros para la posteridad, son los “hombres-libro” que representan la salvaguardia del conocimiento.
 

     La sociedad que describe el libro me pareció vacía, las personas no sienten, ni hablan entre ellas… se limitan a ver unas pantallas en las que son bombardeados con mensajes que hacen que no tengan que ni siquiera pensar, no necesitan saber nada sobre nada, simplemente los distraen con concursos, novelas… En un mundo así los libros son peligrosos porque hacen que las personas reflexionen, ven que hay varias versiones de un mismo tema, se  puede debatir, conversar. Me gustó mucho cuando los  “hombres-libro” comparan a la humanidad con un ave fénix:  una y otra vez se destruye por su propia estupidez y vuelve a renacer de sus cenizas, gracias a los libros, gracias a no olvidar lo que en ellos se nos cuenta de nuestro propio pasado. Quizás algún día aprendamos a vivir en paz.







domingo, 25 de mayo de 2014

LOS MISERABLES por Adrián Rapp Aparicio



Víctor Hugo es uno de los escritores franceses más representativos, junto a otros como Balzac o Baudelaire. No obstante, a diferencia de estos últimos, Víctor Hugo perteneció al Realismo, que nació y se desarrolló durante el siglo XIX para reflejar los hechos de la época objetivamente.

Esto es lo que hace Víctor Hugo en “Los Miserables”. Esta obra se ambienta durante la Restauración borbónica, tras la caída del Primer Imperio francés. Esta época se caracteriza por el anhelo de cambios sociales y políticos, teniendo lugar el desenlace de la obra durante unas revueltas en París en las barricadas.
Además de la época, este autor logra reflejar las clases sociales y las ideologías de aquellos tiempos por medio de sus personajes, brillantemente retratados psicológicamente. Así, tenemos a personajes republicanos y comprometidos aún siendo un rico heredero como Mario; otros moralmente atormentados como Jean Valjean; algunos enamorados y sacrificados como Éponine… En general, personajes que logran calar en el lector y transmitir muchas emociones.

Con este marco narrativo podríamos asegurar que esta obra es del agrado de todos los lectores, no obstante, eso sería mentir. En primer lugar, hay que poseer ciertos conocimientos de la historia de Francia y, en particular, de mediados del siglo XIX. En segundo lugar, algunos capítulos introductorios son extensos y con temas nada semejantes a  los del libro. Por ejemplo, un capítulo para reflejar los designios del destino con el encuentro de dos personajes es precedido por una extensa narración de la batalla de Waterloo, muy interesante para algunos, pero no para la mayoría. Finalmente, hay que tener en cuenta que esta obra fue escrita en una época en la que se podían redactar grandes novelas, ya que la burguesía liberal poseía ese tiempo. Hoy día, en cambio, existen otros placeres como la televisión o lo móviles que no permiten a ciertas personas concentrarse en tales lecturas.

Por otra parte, en nuestro siglo XXI esta obra es mejor conocida por ser un aclamado musical de Broadway y una adaptación cinematográfica reciente. Para algunos fans de estas adaptaciones leerse el libro sería un error, ya que dichas adaptaciones censuran muchos datos y menguan la complejidad de la trama original. De este modo, Mario se enamora de Cosette con una mirada a diferencia de los numerosos meses del libro. Sin embargo, hay que destacar la prodigiosa adaptación televisiva francesa, muy fiel a la obra original.

En conclusión, “Los Miserables” de Víctor Hugo es una obra maestra que necesita ser leída por todos aquellos que deseen dedicarse a la literatura. Eso sí, con mayor o menor esfuerzo, dependiendo de la persona.


miércoles, 23 de abril de 2014

LA CLAVE SECRETA DEL UNIVERSO



La obra escrita por el reconocido científico Stephen Hawking, descubridor y defensor, junto a su hija Lucy Hawking, de la teoría de los agujeros negros, es fácil de leer y bastante interesante, independientemente de que te guste o no la astronomía. Pues, además de hablar de las características del universo, de sus componentes, de cómo se crean las estrellas..., tiene una trama que mantendrá al lector enganchado y sin aburrirse de los innumerables datos, que son introducidos de manera muy original.

La obra, que está pensada y diseñada (hay ilustraciones de las distintas nebulosas, explicaciones de los distintos satélites, estrellas...) para introducir a los más pequeños de la familia en el maravilloso mundo de la astronomía, siempre en constante cambio, descubriendo nuevas cosas y ampliando los conocimientos y leyes que hasta el momento pensábamos irrefutables.



Personalmente, este libro no esperaba que me lo diesen mis padres (en Navidad recibo 4 o 6 libros para leer en el año), y fue el último que me leí porque no pensaba que me fuese a gustar mucho. No me atraía mucho la astronomía en aquel momento (principios de 2011), aunque reconocía a eminencias científicas como lo es Stephen Hawking. Y la verdad es que me llevé una grata sorpresa, ya que fue el libro que más me gustó ese año, sin contar "El nombre del viento", que es mi libro y mi saga preferida.

Yo recomendaría este libro a todas aquellas personas que quieran conocer un poco más el mundo de la astronomía, o, sencillamente, introducirse en dicho mundo. Para aquellos padres que quieran que sus hijos se interesen por la astronomía y encuentren en la lectura un hobby apasionante y una forma de conocimiento, este es un buen comienzo.

 
Pablo Velázquez Ortega